por sdai | Jun 28, 2018 | Uncategorized
Dra. María Alicia Ureña Tavera
Las enfermedades alérgicas del ojo son procesos muy frecuentes que constituyen un motivo de consulta habitual.
La afectación alérgica ocular consiste en la inflamación cutánea del párpado y / o de la conjuntiva, ocasionadas por la exposición a sustancias que habitualmente se encuentran en el aire (neumoalergenos) produciéndose una reacción de hipersensibilidad o alergia en personas propensas.
La conjuntivitis alérgica es una enfermedad frecuentemente asociada a rinitis alérgica. Aproximadamente de un 40-60% de la población alérgica presenta síntomas oculares sugerentes de alergia.
Existen múltiples agentes causales que pueden producir las diversas enfermedades alérgicas, dentro de los más frecuentes o comunes podemos encontrar a los ácaros, hongos, pólenes y epitelios.
Por otra parte, son múltiples las manifestaciones oculares de la alergia, las cuales pueden presentar síntomas desde leve hasta graves.
¿Qué síntomas presenta una conjuntivitis alérgica?
Los síntomas característicos de la conjuntivitis alérgica son: picor o escozor, sensación de arenilla, lagrimeo, enrojecimiento de ambos ojos, inflamación de los párpados, ojeras, entre otros. En la mayoría de los casos ambos ojos suelen verse afectados, pero en ocasiones se afecta un solo ojo, como por ejemplo cuando ocurre en los casos de contactos aislados con animales.
¿Qué estudios se suelen realizar para llegar al diagnóstico?
El médico alergólogo realizará una serie de preguntas para poder elaborar su historial clínico, posteriormente realizará un examen físico, tras lo cual determinará los estudios que considere pertinente. Los estudios que con mayor frecuencia suelen realizarse son pruebas cutáneas de alergia, analíticas sanguíneas, pruebas de exposición conjuntival a alérgeno, entre otros.
¿Cuáles son las posibles opciones de tratamiento?
El tratamiento instaurado por el alergólogo puede variar según su historial clínico o el estado de gravedad; el mismo puede ir desde medidas de evitación ambiental, tratamiento tópico (gotas o colirios), tratamiento farmacológico sistémico o inmunoterapia específica (vacunas de alergia).
Finalmente recordarles que es muy importante acudir a su alergólogo si presenta los síntomas previamente mencionados, ya que un diagnóstico y tratamiento instaurado de forma temprana puede prevenirles secuelas o daños irreversibles importantes.
por sdai | Jun 10, 2018 | Uncategorized
Dra. Karen Ruiz Echavarría
Continuamente estamos expuestos a microbios, contaminantes, tóxicos, etc, que entran en contacto con nosotros a través de los alimentos que ingerimos, el aire que respiramos, y con el contacto de la piel.
El sistema inmune se encarga de neutralizar y eliminar todas estas agresiones. Además, mantiene el control de los órganos del cuerpo, evitando la aparición de ataques contra uno mismo, para que no surjan enfermedades autoinmunes, tumores o cánceres.
Si hay un funcionamiento inadecuado de las defensas de nuestro organismo frente a las infecciones, se presentan las inmunodeficiencias o déficits inmunitarios. Son enfermedades de causa genética, en su gran mayoría de herencia autosómica recesiva.
Pueden faltar, o no funcionar, cualquiera de los elementos necesarios para llevar a cabo la respuesta inmunitaria normal: glóbulos blancos, células inmunes, inmunoglobulinas, complemento, etc, por lo que se clasifican de acuerdo a los componentes del sistema inmune que involucra:
- Alteraciones en la formación de inmunoglobulinas
- Alteraciones de células T (linfocitos) y defectos combinados.
- Defectos de la fagocitosis (ingestión de microorganismos por las células).
- Alteraciones del complemento
- Otras alteraciones, con anomalías asociadas
La mayoría se manifiestan en la infancia, pero también pueden debutar después de la adolescencia. El pediatra es el principal médico que debe sospechar una IDP.
¿Qué síntomas causan las inmunodeficiencias primarias?
El síntomas principal es la aparición de infecciones con una frecuencia superior a lo que se considera habitual. Estas infecciones aparecen más a menudo a lo correspondiente para la edad, o duran más tiempo de lo normal, dan síntomas más severos, o no responden igual cuando se usa el tratamiento adecuado, aparecen con gérmenes poco agresivos, y el paciente no acaba de recuperarse del todo entre una infección y otra.
Las infecciones más frecuentes son las de zonas que están en contacto con el exterior:
- Del aparato respiratorio (neumonía, bronquitis, sinusitis, otitis)
- Del aparato digestivo (diarreas)
- De piel (superficiales y profundas).
- Menos frecuentes pero más importantes son infecciones sistémicas, como: meningitis, septicemias, artritis, etc.
En niños también puede darse un retraso en el peso y la talla, por efecto de la inmunodeficiencia en sí, por las fiebres repetidas y por cierta desnutrición que aparece con las diarreas prolongadas.
Cuando la inmunodeficiencia aparece en adultos, las enfermedades reumáticas o autoinmunes pueden ser las primeras manifestaciones, antes que las infecciones repetidas.
¿A qué edad aparecen las inmunodeficiencias primarias?
Algunas aparecen en la época de lactante, casi desde el primer mes de vida, otras comienzan a los 3-6 meses, cuando se agotan las defensas (las inmunoglobulinas) que han pasado de la madre al niño durante el embarazo, otras aparecen cuando el niño tiene varios años, otras en la edad adulta.
¿Cuáles son los signos de alarma de una posible inmunodeficiencia?
se describen 10 signos de aviso. Hay sospecha alta cuando se presentan dos o más de ellos.
- Ocho o más otitis nuevas en un año.
- Dos o más sinusitis graves nuevas en un año.
- Dos o más meses tomando antibióticos con mal resultado.
- Dos o más neumonías nuevas en un año.
- No aumentar de peso y talla con normalidad.
- Abscesos profundos (infecciones con pus) repetidos en piel o en órganos interiores.
- Hongos persistentes en la boca o en la piel en pacientes mayores de un año de edad.
- Necesidad de antibióticos intravenosos para eliminar infecciones.
- Dos o más infecciones internas severas.
- Historia familiar de inmunodeficiencia primaria.
El tratamiento de las inmunodeficiencias primarias consiste en el manejo precoz de las infecciones, vigilando la aparición de complicaciones.
Algunas inmunodeficiencias tienen un tratamiento específico sustitutivo con inmunoglobulinas, el cual hay que seguir toda la vida; otras pueden ser curadas con tratamiento especializado y en otras no se logra tratamiento efectivo, que puede llevar al deceso del paciente.
por sdai | Jun 2, 2018 | Uncategorized
Dr. Antonio José Castillo Vásquez
Las enfermedades de origen alérgico, tales como el asma bronquial, la rinitis alérgica, la dermatitis atópica, etc. son condiciones crónicas. Esto significa que duran mucho tiempo y que conllevan a que el paciente, tanto para usar menos medicamentos como para poder llevar una vida 100% normal, necesita conocer y aprender ciertos procedimientos para paliar los problemas de su enfermedad.
Para explicarlo de una manera didáctica, el aprendizaje de estos procedimientos lo podríamos comparar con el proceso de aprendizaje de cualquier deporte, como por ejemplo el béisbol de Grandes Ligas. Si el jugador aprende a batear y se presenta para jugar en un equipo de Grandes Ligas solamente habiendo aprendido este primer paso, será rechazado porque el bateo es solamente el inicio del proceso.
Exactamente lo mismo sucede cuando el paciente no se presenta a una cita de su médico o cuando deja de usar uno de los medicamentos por él recetados; pues, así como el jugador cree que ya está preparado para grandes ligas, el paciente cree que por sentirse bien, ya está capacitado para manejar su enfermedad.
Es por esta razón que a las personas con problemas de enfermedades crónicas como asma, hipertensión arterial, diabetes, etc., se les recomienda tener un conocimiento profundo de su enfermedad y esto solamente lo podrán conseguir con las visitas regulares, que es cuando el médico les enseña a manejarlas para evitar crisis o para mantener la enfermedad bajo control.
Solamente cuando el médico le marque la próxima cita para los próximos 4 a 6 meses, es que el paciente está bien controlado o que, en caso de haber algún problema, podrá en la mayoría de las veces resolverlo por si mismo.
por sdai | Jun 2, 2018 | Uncategorized
Dr. Patrick Antonio Almonte
La alergia a medicamentos es una respuesta anormal a un medicamento producida por un mecanismo inmunológico y se caracterizan porque son impredecibles, es decir:
– Son infrecuentes. Aparecen en una mínima proporción de pacientes tratados, y representan 10-20% de todas las reacciones adversas a medicamentos.
– No dependen de las dosis administradas. O sea, pequeñas dosis de un medicamento pueden desencadenar la reacción.
– Requieren sensibilización previa. Es decir, se desarrollan tras un tiempo de administración continua o intermitente del medicamento.
La reacción puede ser reproducida por otros fármacos con estructuras químicas parecidas (reactividad cruzada).
Los signos y síntomas reaparecen ante la reexposición al fármaco y remiten al eliminar el fármaco que ha inducido la reacción.
Suelen afectar a individuos predispuestos.
Clasificación. Signos y síntomas.
En función del momento de aparición de la reacción en relación a la toma del fármaco sospechoso o causal las reacciones de hipersensibilidad a fármacos se clasifican en inmediatas o no inmediatas.
Inmediatas: Ocurren generalmente durante la primera hora tras la administración de un nuevo tratamiento. Suelen ser reacciones mediadas por anticuerpos IgE. Entre los síntomas habituales podemos encontrar:
- Urticaria
- Angioedema
- Conjuntivitis
- Rinitis
- Broncoespasmo
- Anafilaxia
- Síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal),
No inmediatas: la presentación de las reacciones puede ocurrir en cualquier momento después de la primera hora de administración del fármaco. Suelen reaccion dependientes de células T. Las manifestaciones más comunes son:
- Exantemas máculo-papulares
- Urticaria retardada
¿Qué datos se requiere para hacer un estudio de alergia a medicamentos?
Tras sufrir una reacción alérgica que se sospecha estuvo relacionada a un medicamento, es de suma importancia registrar los siguientes datos, para ser aportados al alergólogo:
- Fármaco implicado: Es importante anotar el nombre del principio activo. En el caso de productos que contienen mas de un principio activo, deben registrarse todos los componentes.
- Tiempo que tardó en aparecer la reacción: tiempo transcurrido entre que se tomó el medicamento y aparecieron los primeros síntomas.
- Tratamientos que fueron necesarios para su control: cuáles medicamentos fueron empleados para tratar la reacción alérgica presentada.
- Fármacos que han sido tolerados posteriormente: cuáles medicamentos ha tomado posterior a la reacción alérgica.
- Tiempo que ha transcurrido desde el episodio: cuantos días, semanas, meses o años han pasado desde que sufrió la reacción alérgica
Factores de riesgo para el desarrollo de alergia a medicamentos
- Sexo femenino
- Historia previa de reacciones alérgicas a medicamentos
- Exposición recurrente a fármacos
- Vía de administración del medicamento
Métodos diagnósticos
- Historia clínica
- Pruebas cutáneas y/o epicutáneas con los fármacos sospechosos
- Pruebas de reto o exposición controlada a medicamentos
Tratamientos de la alergia a medicamentos
- La evitacion del medicamento asociado a la reacción es la medida principal
- La desensibilización a medicamentos es una alternativa para aquellos casos en que es necesario emplear como tratamiento un medicamento al que se es alérgico, porque no existan otras alternativas terapéuticas.
por sdai | Oct 10, 2017 | Uncategorized
Dra. Inis Fermín Gone Es una alteración crónica, recidivante que se caracteriza por piel seca, con tendencia a la descamación fina, prurito o picor y enrojecimiento (inflamación) de la piel. Evoluciona en brotes, con períodos de mejoría y otros de empeoramiento
La dermatitis atópica es más común en bebés. Puede comenzar incluso ya a la edad de 2 a 6 meses. Muchas personas lo superan con el tiempo a comienzos de la vida adulta.
¿Es hereditaria la dermatitis atópica?
No se conoce la causa de la enfermedad, pero sí se sabe que la herencia juega un papel importante, ya que existe un factor alérgico claramente implicado (alérgenos ambientales o alimentarios) y que más de la mitad de los niños con dermatitis atópica desarrollarán en algún momento rinitis y/o asma alérgica, por ello, en todo paciente con dermatitis atópica se debería hacer un estudio alergológico apropiado.
Además estos pacientes en su piel carece de ciertas proteínas (filagrina) que mantienen la barrera protectora contra el agua, presentando mayor predisposición a sobreinfecciones por (bacterias), así como mayor contacto con sustancias alergénicas (epitelios de animales, polvo, etc).
¿Dónde aparecen las lesiones?
Dependiendo de la edad se presentan en diversas zonas (mejillas, párpados, pliegues retropoplíteos, pliegues antecubitales y manos).
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico lo realiza el médico especialista en alergología ó dermatología, mediante la historia clínica, el exámen físico y pruebas complementarias.
¿Cómo se trata?
A pesar de tratarse de un trastorno de posible larga evolución, las siguientes recomendaciones pueden ayudarle en el control de la enfermedad:
- Medidas preventivas:
- Uso de ropa de vestir adecuada, evitando materiales que promuevan la transpiración como nylon, poliéster, lana y otros. Promover el uso de ropa de algodón o hilo.
- Promover el uso de las manos limpias y uñas bien cortadas para evitar el rascado y la sobreinfección.
- Evitar la exposición a temperaturas extremas: calor y frío.
- Evitar la exposición a sustancias irritantes (lejía, otros).
- Promover los baños de mar y sol con moderación.
- Tratamiento del brote o fase aguda de eccema:
- Cremas o soluciones con medicamentos antiinflamatorios (corticoides) sobre las zonas de piel más afectada, durante períodos breves de tiempo.
- Fármacos que disminuyen el picor (antihistamínicos) por vía oral.
- Este tratamiento debe ser supervisado por su médico, que valorará en cada momento cuál es el más adecuado para el niño y si precisa otro tipo de terapéutica en función de la intensidad de la afectación.
- Medidas durante la fase de remisión
- Mantener la piel bien hidratada para evitar el círculo vicioso de prurito-rascado-prurito.
- Tratar de forma enérgica el prurito para evitar más lesiones por rascado y sobreinfecciones de la piel.
- Se aconseja los baños con jabones neutros y baños coloidales de avena o glicerina.
- Evitar el contacto con alérgenos desencadenantes.